jueves, enero 20, 2011

Ring of fire.


Un día volvió, como vuelven todas las cosas que no tienen un final, o que por alguna estupida razón no son tan fáciles de terminar.

Se presento tan insolente, nocturna y renovada que me convenció. Al principio fue solo diversión, sexo, dormir abrazados y al amanecer volver al escondite que tenía reservado para las emociones. Me dijo que fumaba, que le daba paranoia en los pies y que el vodka era su bebida preferida. Acepte la invitación y me deje llevar por la fascinación de tenerla de vuelta.
Noches salteadas se hicieron noche tras noche durmiendo bajo el mismo techo, amaneceres que nos encontraban juntos y la rutina de volver a empezar.

No se debe confundir el amor con el recuerdo del amor que alguna vez se tuvo. Muchas veces el sexo confunde los corazones y nos hace creer enamorados, el tiempo dirá que del amor pasado no hay presente que lo respalde (o eso creo yo).

Con su carita de nena insolente y pretenciosa me encadeno las manos y me tuvo a sus pies, otra vez. Yo venia de un par de vueltas, encantos nocturnos, narices rotas y ojos perdidos, su propuesta me convenció. Ahí caí, quede sometido a las blasfemias de su amor y a la nostalgia de nuestro delirio adolescente. Me hice eco a sus caprichos y me deje llevar. Si, era amor otra vez, amor fuerte y único, ese que te atraviesa el pecho. Deje los encuentros casuales de tantas noches revolcado por Palermo y salir a parrandear con ella.

El día clave se hace la loca y no aparece, primer engaño. Tuviste que ser tan perra. Pero te perdone. Volví a vos. Mis amigos decían que no, y vos te reías de todos. Salidas y jugarretas que no tenían sabor a nada, un silencio me golpeo en el pecho. Desapareciste, te llame, no estabas, te busque desesperado pero no te encontré.
La banda tocaba en el salón y vos te deleitabas con su pose de muñeco superstar que poco tenia de real. Encuentros detrás del escenario y a esconder la evidencia. Perdón, se te notaba la fascinación.

Después fuiste en busca de ese anillo que los uniera en la aventura, yo te acompañe, lo vi todo. Días después te saque la verdad, esa y muchas más, pero no te preocupes ya lo sabia, era el final anunciado.

Tiempo después un encuentro inesperado me devolvió la fe en el amor y se noto el brillo en mis ojos.

Ya no quedan penas ni recuerdos, solo somos fantasmas de lo que nunca sucedió.

Con amor,

Los Saluda.

Pat.

2 comentarios:

  1. En el relato, parece leerse entre lineas un núcleo verdad.
    Creo entender, que la ficción no creará una farza del pasado.
    En el presente, me doy cuenta que hay cosas que se resuelven sobre la marcha y algunas que parecen no terminar de resolverse.
    La vida te va enseñando a dejar caer recuerdos que son encubridores, porque sostienen solamente una verdad y olvidan una gran parte de lo que sucedió.
    De todas formas, en cada uno de nosotros, vibra una energia muy sabia que puede decirnos, aquello que siempre se sintió como amor.

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