jueves, junio 30, 2011

Desacierto (corazón)

Sabes donde estaba yo la noche que me dijiste que no?
Sabes donde ahogue las lagrimas en el momento del adiós?
Adentro muy adentro la carne siente como nos perforamos tratando de sanar heridas pasadas, pero nada queda por recomponer, nada que nos pueda llegar a salvar. Ausentate por un siglo y volve, yo voy a estar sentado con los huesos gastados cubiertos de polvo y una leyenda escrita sobre la frente pregonando las palabras que te dedique aquella vez.

El sabor áspero y corroído del whisky nos deja la enseñanza mundana de mil noches tergiversando al destino, te pido me perdones pero no vuelvas mas. Hoy estoy dolido por tu falta de compromiso y tu actitud rectora. Prefiero correr a especular con posibles finales. La fiesta empezó temprano, desde hace 25 años que estoy de juerga intentando salvarme, por las dudas voy preparando la embarcación para lo que quieran venir conmigo.


Un jueves se transforma en viernes que se transforma en sábado y que se vuelve un domingo cualquiera. La pena llama a la gratitud y en las sabanas depositamos los sueños que rompimos ayer en el balcón. Dejame que me retuerce un rato mas, estoy atravesando un momento espirituoso, lleno de brebajes y poca salud mental (?). Adelante con tus convicciones, pero nunca seas un budista, esos están llenos de paz.


Devolveme la música, es todo lo que te pido.


Soy un vagabundo porteño, un vándalo en decadencia que cada tanto se manda un saque para estar prendido otra vez. Que la mística inunde el lugar, borrachos, aficionados, turistas y rockeritos de ocasión son el decorado de esta novela.

Bienvenidosalasoledaddelartistadesolado.

Soy puro optimismo, solo que recaigo en viejas costumbres.


Los Saluda.


Pat.

miércoles, junio 08, 2011

Lugares comunes.

De pronto una muchedumbre se percibe a la distancia. Parece un buen lugar para refugiarse y mezclarse con la localia del lugar. Mujeres coquetas, oficinistas y algunos marginales se mezclan y parecen perderse entre grandes vasos largos de cerveza y algún que otro trago. Pido 3 tickets por las dudas, para no buscar después. En la barra pido una de esas, bien amarilla y corpulenta, fría y espumante. No parece haber nada mejor para el momento. Buscamos asiento entre las mesas tipo camping ubicadas una al lado de la otra, todo lleno, todo reservado. Una blonda medio mariquita dice que esta reservado porque tiene una "party". No importa, nos sentamos igual y que espere a que termine mi trago. Por momentos uno se pierde entre el murmullo y el griterío de miles de personas tratando de saciar la sed, intercambiando historias o simplemente buscando con quien dormir un rato esa misma tarde. Me gusta, es un lugar paquete pero desde la transversalidad que nos ocupa me siento un vagabundo en un lugar común. Es bueno probar, eso hace a la experiencia y a la versatilidad de las personas. A veces soy un incomprendido pero que feliz me hace serlo y saber que algunos simplistas ahora solo quieren casa y familia. Ya la tengo, pero el sueño del rock sigue intacto. Por momento percibo en el ese fuego que siempre me transmitió, espero no estar equivocado y que en algún momento me llame para contarme que tiene ganas de rodar otra vez. Mientras tanto el estudio esta en armado y los instrumentos lustrados para salir a brillar. ¿Cual es el punto de todo esto? No se, pero siempre volvemos a lo mismo, si la historia se repite yo pido otra vuelta mas, y otra mas...

Tengo buenas anécdotas que contar, pero vamos por el principio, ¿a que hora nos juntamos para brindar?

Los Saluda.

Pat.

lunes, junio 06, 2011

Anecdotario I.

Con los ojos rotos, rojos y ojerosos partimos a buscar el amor a la ciudad de las luces. Esa ciudad repleta de rascacielos y lenguas que hablan diferentes idiomas y no callan nada. Las calles se ven tan diferentes unas de otras, una avenida separa un mundo, un carrito de comida prepara el almuerzo para miles de transeúntes que pasean por las calles admirando el lugar. Donde estamos en toda esa vorágine?

Un jardín artificial repleto de oficinistas, caminantes, turistas y modelitos de estación llenan sus vasos y renuevan la fe en el atardecer. Un vaso mas, otro mas, y tal vez otro para enriquecer el paladar, chau hasta luego. El caminar se vuelve sinuoso y el empedrado alienta a andar más lento.

En el parque los callejeros improvisan los cantos, los estudiantes se reúnen alrededor del arco para escuchar a los músicos que rasgan sus instrumentos, un hombre rodeado de palomas se desconecta del mundo, un espacio para perros se llena de correrías, caminamos por el medio y nos perdemos entre la variete` local. Me siento cómodo, estoy cómodo y pienso que estoy en mi lugar. Ah, cierto que no tengo ningún lugar, me declare ciudadano del mundo (?)

Me siento a esperar mirando los aviones despegar, mientras escribo pienso que esto podría ser una letra de Calamaro, o no, quien sabe. Termino por aceptar que los aeropuertos tienen una manera extraña de conectar a las personas. Enfrente nuestro dos personas parecen salidas de una película de Francella, esas tipo bañeros 1,2,3...


Camino, el sol nos pega en la frente, busco un bar donde refugiarnos. Siempre es bueno encontrarse con un vaso y brindar. Esta vez es por el lugar, por el momento y por el porvenir. Sigo intentando con la idea del músico, el estuche de mi guitarra me delata. Voy por eso, los demás no me importan nada.


Escribo mientras rememoro lugares y anécdotas que acuñe estas últimas dos semanas.


Continuara...


Los Saluda.


Pat.