jueves, abril 11, 2013


Deje de tomar, deje de fumar, purifique mis pulmones, mis ideas se hicieron más claras, menos penumbrosas y más retoricas, deje la pelea y de balbucearte al oído, deje de llamarte por tu nombre. Recompuse mi figura, empecé a correr, deje de tomar, deje de fumar, use todos los antídotos para salir de esta. Mi casa luce más calmada, las mañanas ya no huelen a fisura, estoy mejor, se cómo es soñar sin darle una pitada, vuelo bajito por si me caigo, no tengo vértigo pero voy mirando de reojo, tengo fe, tengo plena conciencia de mí, me estoy esmerando en ser mejor. Termine un par de novelas, me amigue con la rutina, estoy más tranquilo, me estreso un poco, Buenos Aires es caótica y quiero irme lejos, al rato vuelvo a pisar fuerte y arranco de nuevo. Tuve recaídas, un viaje, una serenata un baile, salto y salto no puedo parar, ella desde lejos me pide volver, tomo distancia y vuelvo a mis pasos, salgo a correr para desintoxicarme. Ya no tengo el aguante de antes, me pesa el cuerpo, la cabeza retumba mucho más y no se calma tan rápido. Dormir, aprendí a conciliar el sueño, descanso en paz, puedo abrazarte y despertar sin miedo, estoy mucho mejor puedo dominar mis inquietudes, la ansiedad ya no me lleva al abismo, estoy intentando reconstruir un camino que no sé cuándo fue que se desdibujo. Cada tanto me invitan un trago, con gusto brindo y a su salud, hasta ahí llego, me cuesta arengar y si arranco no puedo parar, se los limites pero no me atrevo a cruzarlos, tengo respeto, soy una causa perdida que busca ser feliz.

Volví.

Los Saluda.
P.