lunes, enero 24, 2011

Another Manic Monday.


Lo admito, estoy doblado. Es decir, estoy ansioso, molesto, irritable y con una cabeza que desvaría más de lo normal.

Buenos Aires me histeriquea y me pone paranoico, las luces, los autos, las mil y una personas que vienen y que van y como siempre la soledad de estar rodeado entre millones de desconocidos. Me siento ahogado como si algo me presionara el pecho. Angustia que no se sale tomándose un whisky a la noche, empastillandose o llenándose los pulmones de humo. Esta sensación dura y te va limando de a poco, por momentos haciendote perder lo poco de cordura que te queda. Un llamado y me irrito, una palabra equivocada y todo el día echado a la basura. Es tan complejo pedir que no me rompan las pelotas (?).

Esta mañana me increpan por una deuda que no es mía intimándome con poner una demanda. Loco, son las 8 de la mañana y mandas al encargado, da la cara al menos. No llegue a subirme al auto que ya estaba echando humo por los costados. Bonita manera de empezar la mañana, el día y la semana. Me meto al auto, doy un portazo y soy un demente al volante. No puedo ni poner una canción que me sede, ya estoy jugado. Violento encaro el viaje y me desespero por que las cosas recaen sobre mí, una y otra vez. Lo mejor en ese momento hubiese sido agarrar la ruta y depositarme en algún lugar lejos de tanta convulsión, de tanta gente reventada de tanta histeria.

Me quiero ir al mar, o la montaña, o la playa o.... No, tan solo me quiero ir al bar, ahí me olvido de todo y ni vos, ni ella, ni nadie invade mi plenitud. Mis libros, mi música y mi poesía, ese es mi hábitat, mi lugar, donde mi siento cómodo y quiero estar. Ahí y en las películas, ese momento en que nada importa sino los 24 frames por segundo que pasan ante tus ojos y te transportan a una realidad diferente, por ahí muy parecida a la que imaginaste de chico. Por desgracia la vida es otra cosa y Buenos Aires te caga a palos cada vez que puede. Te prometo que algún día te voy a devolver una por una, te aseguro que esto no va a quedar así.

Cada mañana digo que voy a empezar a practicar algún deporte otra vez; mentira prefiero la guitarra y desafinar la garganta. Estoy solo, pero rodeado de un montón de ideas que me acompañan, y de algunas personas imprescindibles que saben lo que pienso, a ellas les debo el seguir amaneciendo, a los demás, cada uno sabe a que juega.

Como si fuera una premonición Pop y al mejor estilo Madonna cuando prendí la música en el auto alguna radio casual pasaba "Manic Monday", y yo que pensaba que solo a mi me pasaba.

Creo que ahora me siento mejor, era cuestión de escribir un par de líneas.

Catarsis,

Los Saluda.

Pat.




No hay comentarios:

Publicar un comentario