viernes, mayo 21, 2010

Yo amo a mi bandera.

En las últimas semanas, y sobre todo en estos últimos días próximos al 25 de mayo, palabras como Patria, Nación, bandera, orgullo, patriotismo, unión cobraron un protagonismo absoluto. Periodistas, maestros, políticos, gobernantes, ciudadanos, hombres, mujeres y niños levantan la voz para proclamarse orgullosos de “Ser Argentinos”. Bienvenidos sean los que a tan viva voz claman por una patria que a mis ojos no me pertenece.
Nací en Capital Federal, Argentina, un 23 de julio de 1985 a las 9 de la noche aproximadamente. Mi Documento dice que soy argentino. Mis padres son argentinos, mis hermanos son argentinos y también lo eran mis abuelos. Crecí y me crié rodeado de afectos y sentimientos muy propios de acá, sin embargo no me siento orgulloso ni mucho menos.
Mi primera reacción contra la Patria se remonta al primer año del secundario. Siendo aun un adolescente en formación y con poca experiencia y entendimiento en ciertos temas, un impulso y cierta rebeldía me llevo a oponerme a aquellos actos “patrióticos”. Entiendo el hecho de que quieran inculcarnos desde chicos la cuestión de la Nación y la Patria pero a mi simplemente me resultaba molesto. Más todavía por el hecho de que era una imposición, una norma que debía cumplirse a rajatabla. La bandera, ¿que tiene de especial una bandera? Representa la desunión, exactamente eso. Compartir una bandera no me hace mas hermano con mi vecino y menos que con mi mejor amigo chileno. ¿Qué significa alinearse bajo la bandera y entonar el Himno Nacional? Si ya lo se, esto suena a utopía.
Recapitulando, desde ese recreo cuando tenia 13 años algo en mi se despertó, algo que me hacia dudar de todo aquello que se pusiera bajo el nombre de Patria o Nación. Simplemente porque creo que aquello que nos une, es aquello que mas nos separa. Cosas como estas llevaron a que un 2 de abril de 1982 miles de Patriotas y Nacionalistas festejaran la recuperación de las islas Malvinas. Lo que nadie pensaba en ese momento era todo lo que se iba a lamentar después por ese acto tan heroico de recuperar “lo que es nuestro”.
200 años de historia y aun hoy nos seguimos preguntando quienes son los buenos y quienes los malos. O ellos o nosotros. Y así seguimos avanzando, sin rumbo, peleando, destruyendo, pidiendo revancha, reivindicando lo que es nuestro, “lo que nos pertenece”, eso que no podrán sacarnos nunca, “el orgullo de ser argentinos”.
Como toda persona que piensa, tengo contradicciones, y acá va una de ellas. Sobre este tema discutí no una sino mil veces. En cada sobremesa con amigos es el tema en debate, y nunca llegamos a ninguna conclusión. Cada uno expone sus ideas y ahí queda. Algo que entendí después de tantas charlas y discusiones es que porque haga o deje de hacer tales cosas no soy ni más ni menos argentino. Eso, y es lo que siempre trato de hacer entender, viene por una cuestión cultural, por el arraigo a ciertas costumbres y modos de conducta. Y acá va la contradicción. Si, me gusta comer asado, a quien no le puede gustar. Si, me gusta tomar mate. Si, miro los partidos de la selección y seguro que lo voy a hacer en el mundial, pero hasta ahí llega mi amor. No voy a correr por la 9 de julio envuelto en una bandera y gritando “Viva la Patria”, para eso estan mis hermanos argentinos.
Bienvenidos sean quienes en este festejo Bicentenario sienten en la sangre el “orgullo de ser argentino”. Yo lo voy a mirar desde casa. El resto es historia repetida.



Los Saluda.

Pat.

martes, mayo 18, 2010

Todo tiene un límite

Suelo ser una persona tolerante y bastante abierta. En lo que respecta a la sexualidad, creo que cada uno tiene el derecho de elegir que o quien es su objeto de deseo. Estoy a favor del casamiento gay, tengo amigos y conocidos homosexuales, apoyo a la comunidad gay pero a pesar de esto, todo tiene un límite.

Muchas veces he recibido “elogios” tales como, puto, gay, tragasables, bananero, etc. Lo único que conseguían con esto era alimentar mi ego y subir mi autoestima. No hay nada más estúpido que intentar insultar a alguien o hacerlo sentir mal diciéndole estas cosas. Qué porque use chupin o “pantalones ajustados” sea merecedor de tales adjetivos, bienvenido sea, qué porque use bolso o como muchos dirían “cartera” en lugar de una aparatosa mochila me haga parecer menos hombre realmente me resbala. Es mas, hasta el momento en que me robaron mi computadora personal (una Macbook) la llevaba a todas partes en un bolso rojo (si, digo rojo y no colorado) marca “cc” que era seguramente para el público femenino. Nada podría importarme menos. Es mas, hoy como hacia frió a la mañana me puse un “Trench” que me compre hace un par de años en Zara mujeres. Si te gusta y te queda bien, ¿Cuál es el problema?


Hasta acá sobran los motivos para que cualquiera que me vea piense que “pateo para el otro lado”. No es algo que me quite el sueño. Tengo novia de la cual estoy enamorado y con la cual me voy a casar el año que viene. Eso para mi es motivo suficiente para que todo lo demás no me importe.

De todas formas voy a hacer una aclaración: que me guste la ropa, que intente vestirme bien, que vea una película de Tom Ford, que lea a Capote, que me interesen revistas como la Elle o Vogue, que sepa quien es Anna Wintour, no impide que me guste el fútbol, que tenga tatuado en mi brazo una banda de metal, que discuta de política, que sepa de historia, que conozca los peores bares de la ciudad y que algunos amigos míos seas sucios y roñosos entre otras cosas.


Como verán, hay una multiplicidad de personajes conviviendo en mi, por lo tanto que si de algo se es de la tolerancia y convivencia armoniosa de todo tipo de ideas y pensamientos.Pero claro, todo tiene un límite, y a eso iba.


Unas semanas atrás, volvía del trabajo a casa, y como traía conmigo el “bolso rojo”, es decir la computadora, me decidí por tomarme un colectivo. De la oficina a mi casa (aun la casa de mis padres) me separan unas 15 cuadras aproximadamente. No son muchas pero ese día no tenia ganas de andar con un bolso a cuestas. 6 de la tarde, horario en que la mayoría de la gente vuelve de trabajar y los accesos y escapes de la ciudad se vuelven caóticos. Como vivo en “Las Cañitas” y mi trabajo esta cerca de cabildo tenía que tomarme un colectivo que bajara por Luis María Campos. La respuesta es obvia, el 59. Espere el colectivo unos 5 minutos como máximo y pedí $1.10. Hasta mi casa es el boleto mínimo, igual muchas veces pido $1.25 por la simple razón de no tener que cargar con monedas de 10 o 5 centavos que se me empiezan a filtrar por cualquier bolsillo del pantalón. Casi nunca me siento en los transportes, a menos que haya tenido un día muy largo o el viaje sea largo y este cansado. Ese día tenia particular ganas de sentarme. ERROR 1.Me ubique casi en el fondo, en uno de los asientos dobles. Llegando a Lacroze el colectivo ya casi había colmado su capacidad de carga. De todos modos en el fondo aun se estaba cómodo. Sentado, con el Ipod sonando en mis oídos y el “bolso rojo” encima de mis rodillas me relaje. ERROR 2.


De pie, al borde de mi asiento, se ubico un hombre de unos 35 años aprox. Recuerdo que llevaba una campera negra y un “bolso” colgando de su hombro. Era un poco más alto que yo (mido 1.76) y tenía pelo oscuro.La primera vez fue un movimiento normal del colectivo, pensé. Con tanta gente es normal. La segunda vez, lo entendí pero me molesto un poco porque no había nadie alrededor empujándolo. La tercera vez, me irrito y fue mi primera reacción, mire para arriba para ver porque hacia eso. Una sonrisa cómplice. La cuarta y la quinta vez ya parecía un chiste. La ultima vez, levante la cabeza, lo mire y le dije: “Hey, vas a seguir apoyándome la cosa en el hombro. Me parece que te estas equivocando”. Al lado mió, un pibe mas joven que yo no se aguanto la risa y se desato en carcajadas. En ese momento no me pareció nada simpático, pero tampoco había mucho que hacer. Levante mi bolso, pase con cuidado por delante di mi “amigo” le cedí el asiento toque timbre y baje en mi parada. Crucé Luis Maria Campos con mi “bolso rojo” colgado del hombre, el ipod que aullaba “Are we human or are we dancer” y una sonrisa que se dibujaba en mi cara.


Fin de la historia.


Los Saluda.

Pat.

miércoles, mayo 05, 2010

Jóvenes y enamorados.


Uno cuando es adolescente tiende a actuar de manera mucho mas irracional, absurda, impulsiva, apasionada y porque no, con cierta incredulidad. Es así, son los ciclos lógicos de la vida. Por más maduro que uno se sienta, cuando se es adolescente y las hormonas están en su punto máximo de ebullición de lo que mas se carece es de un pensamiento lógico y racional. Con esto no quiero menospreciar a quienes hoy atraviesan esa etapa (según nuevos estudios hoy en día la adolescencia se extiende hasta entrados los 30), todos en algún momento fuimos adolescentes.
El caso en cuestión se remonta a aquellos años en que yo a mis 15/16 años experimentaba esas incontrolables pasiones adolescentes.
Desde chiquito (3 años) fui al mismo colegio. Es así que conocía a mucha gente, entre alumnos, profesores, padres y demás personas que tuvieran algún tipo de relación. Entre varias cosas fui querido por muchos y odiado por muchísimos más. Así son las historias de colegio. Están los winners, los galancitos, los freak, también los nerd, los estos, los otros, y entre todos esos ahí estaba yo. Claro que no estaba solo, es imposible no tener a nadie con quien relacionarse, eso es simplemente ser un “ente social”, cosa que nadie creo que sea. Te puede gustar estar solo y el auto-reclutamiento, pero de ahí a no tener vida social hay un paso muy largo.
Como esta historia se esta yendo por las ramas y no soy muy dado con el arte de resumir voy a intentar llegar al punto en cuestión.
Como dije al comienzo, ser adolescente tiene esas pequeñas particularidades como ser irracional, impulsivo un poco absurdo y sobre todo apasionado. Si, apasionado. En mi caso, ser apasionado se reflejaba en “querer” las cosas con mucha intensidad. Cualquier cosa: una banda, un deporte, una actividad, un club, una persona, una amiga, una novia. Casi no conocía los grises; o blanco o negro, o todo o nada. Así de impulsivo y de apasionado era (en cosas los sigo siendo). Todo esto se reflejaba muchas veces en una exaltación de sentimientos y emociones confusas. Nunca fui de callarme nada, y menos algo que sentía. Si, era muy impulsivo. Si, me enamoraba con bastante frecuencia. Si, decía te amo si ningún tipo de vergüenza ni prejuicio. No creía, ni hoy tampoco lo creo que haya nada de malo en expresar lo que uno siente, y mucho menos si se trata de emociones personales. Ser adolescente implica no saber un montón de cosas que no nos fueron enseñadas. Es prueba y error; y con muchos mas errores que aciertos. Es ir con vehemencia hacia algo sin importar que haya alrededor o las consecuencias futuras. Ser adolescente tiene ese encanto del momento, del dejarse llevar. Así es que fluyen las emociones y los sentimientos. Así es que muchas veces hacemos las cosas mas estupidas sin siquiera pensarlas dos veces antes de llevarlas a cabo. Es así que nos rompen el corazón no una, ni dos, ni tres, sino diez veces. De todas esas experiencias uno va aprendiendo y con mayor o menor tristeza va creciendo y madurando todo ese complejo aparato de emociones.



CASO 1:

Varios años atrás.


Tenia 15/16 años, estaba de novio, estaba enamorado, pensaba que era para siempre, y muchas otras cosas. Era adolescente, por ende era impulsivo y bastante apasionado. En conclusión, era igual que ahora pero mucho más arrebatado y sin la experiencia de los años anteriores.

Obviamente mi novia era de mi mismo colegio (fui a un colegio laico mixto). Normalmente y por obvia deducción las primeras relaciones y experiencias con el sexo opuesto surgen de esos primeros contactos con nuestros/as personas mas cercanas. Es algo que se da casi-naturalmente por afinidad. Después claro esta, migramos a otros nidos y buscamos mas allá de nuestro entorno para relacionarnos (particularmente, yo volví casi al mismo lugar, pero eso es otra historia). Como dije, mi “novia” era compañera de colegio. Todo era bastante raro, a veces incomodo, pero la motivación de ir al colegio para verse era excusa valida para dejar todo de lado. Como toda situación de pareja, hay momentos buenos, malos y normales (que son la mayoría). La inexperiencia de las primeras relaciones y de la primera “novia” en serio, a veces te lleva actuar de manera diferente. Uno siempre quiere sorprender, tener algo nuevo que contar, inventar salidas fantásticas e ir a lugares inolvidables. Que cada momento sea digno de una película de Hollywood (hoy, y con la idea en marcha de casarme sigo queriendo que sea así, aunque a veces por ciertas circunstancias resulta complicado). Así es que ideamos planes y momentos únicos.
Una de mis cursilerías, que en su momento me pareció de lo más acertado y “romántico” fue preparar un disco con canciones de amor, o románticas que generaran un buen clima en el momento de estar juntos. Era todo un acontecimiento preparar el cd, seleccionar las canciones, darle un orden y claro escribir alguna notita linda. Juro, que en el momento lo disfrutaba porque cualquier cosa relacionada con la música me gusta, y segundo porque lo veía como un acto de “amor puro”. Que no se malinterprete. Si era por amor, pero claro que el efecto que también se buscaba era generar ese clima intimo para poder concretar el tan ansiado momento: hacer el amor (porque claro, todos los que se enamoraban le decían así). Llegado el momento, eso tenia que ser muy, pero muy especial. Y claro el cd encajaba perfecto en esa sintonía.

Hace poco encontré uno de estos discos (no se porque lo tenia yo si había sido un regalo) y lo puse para ver que era. Claro, mi cara de sorpresa fue instantánea. Escucharlo nuevamente no me llevo a ningún lugar pasado, ni a ningún recuerdo feliz, solo me hizo sentir un poco de vergüenza ante cada canción que pasaba. En su momento, fue casi como un acto heroico, hoy tal vez lo vea mas como un acto suicida. Era una declaración abierta de amor, un toma te doy todo lo que soy, ahora hace conmigo lo que quieras. Recordarlo mientras escribo esto me hace sentir un poco mas de vergüenza. El solo hecho de recordar que una de las canciones que contenía el cd era “será” de los Rancheros me hace sonrojar instantáneamente. Para quien no conozca la canción, la tarea del día es escucharla. Para mi es demasiado.


Nota al pie: Hoy es mas facil, le mandas una "playlist" con tus temas preferidos y quedas genial!

“No se fue adolescente sin haber amado”


Los saluda.
Pat.