miércoles, enero 19, 2011

Memorabilia


Se subió y sentencio:- La ultima vez que vos y yo estuvimos juntos en un auto, ¿te acordas lo que paso?

Claro, mi existencial y realista compañero se estaba refiriendo a esa fatídica noche cuando a mis 18 (y sus 17) en un acto que parecía tan solo una excursión a la frontera terminamos derrapando contra la naturaleza viva y atornillados a un viejo pino que nos hizo de soporte para no terminar tomando el te como invitados ilustres en la casa de ladrillos que mi parabrisa tenia en la mira. El auto quedo retorcido y abrazado al árbol que sufrió el impacto a unos cuantos Km. x hora pero no se inmuto. En el otro bando nosotros quedamos estropeados, sin heridas pero rotos emocionalmente. Que cagada, una jugarreta adolescente termino por arruinar el festejo. Deci que unos instantes antes le dije al loco que se pusiera el cinturón de seguridad, por las dudas, siempre por las dudas. Después el asunto de enfrentar a los viejos y decir la verdad (o por lo menos la que habíamos concordado decir para que no descubrieran nuestra jugarreta). El auto viajo solo para Buenos Aires y aparco en el taller de confianza esperando un cheque que pague el arreglo. Febrero pasó y un micro me deposito de vuelta en la ciudad. La previa fue jodida, creo que ahí empezó mi etapa metafísica y mis dudas acerca de si Dios existe. Un caos, nunca mas volví a dormir en serio, o por lo menos desintoxicado.

Chicos, No beban y conduzcan porque los puede agarrar la Guardia Urbana (o de transito).

Después de rememorar el viejo incidente el auto arranco y el piloto automático que porta mi cerebro deposito a mi acompañante en su casa, nos despedimos con la promesa de volvernos a ver pronto y recorrí el resto del camino entonando una vieja conocida de Sumo. Entre zigzag y guitarritas funkeandome en el oído volé hasta casa y un sacudon de realidad me deposito en la cama. Con los ojos abiertos y los recuerdos todavía prendidos fuego empecé a caer en las mismas fantasías de siempre. Ilusión o realidad, o realidad que se diluye ganada por alguna ilusión, o fantasía que solo es realidad en alguna perdida ilusión... En fin, la luz se hizo presente en la ventana y los fantasmas desaparecieron. Una ducha para lavar las heridas, café para uno, Flowers de los Rolling, un mensaje de Buen día y a soñar con el porvenir.

Si te veo por la calle te prometo que no te voy a saludar, ese es mi regalo.

Los Saluda.

Pat.


No hay comentarios:

Publicar un comentario