martes, enero 04, 2011

Como llegue hasta acá I.


"Si el mundo te da la espalda, lo que tienes que hacer es darle la espalda al mundo".
-Gracias Timón por dejarme esa enseñanza cuando apenas tenía 10 años.


La primera vez que me enfrente al mundo lo anuncie con una pintada en la pared. Estos locos no me dieron la espalda, se hicieron los capos y vinieron a ofrendarme una paliza. Claro, ellos eran muchos y nosotros solo 4. La historia de mi vida, siempre correr desde atrás. No importa, estuvo bueno sentirse héroe por un día.

Ahí empezó todo, la fama de loquito, el vino en la esquina, el porro, los dealers del barrio, etc. Pero si apenas éramos unos guajos rompiendo botellas en la placita. De vez en cuando arengábamos a la barra de enfrente y caíamos con un par de palos y un cuchillo a aguantar los trapos. Pendejos de barrio coqueto haciéndose los pungas. Había que jugar sucio, pero en realidad todo era para ganar minitas. Es la verdad, o nos poníamos en guarros o se las llevaban todas los panchos. Te acordas cuando de reojo te marcaban a fuego porque andabas medio a los tumbos por el vino con coca que te mandabas. Los locos hacíamos chavetas, algo así como un brindis eterno en el que cada uno festejaba por algo o alguien y no se paraba hasta que no se terminaba la botella. Gloria. Eso y el refugio, y la barra, y las esquinas que siempre conquistábamos porque a lo lejos se veía un pirata cojo, y había que saltar o asaltar la esquina. Es que era una barra, y en el barrio teníamos precedente y paradero. Pero claro, después a las fiestas no nos querían invitar. De todas formas caíamos igual. Hasta que se dieron cuenta que éramos más copados que los otros y por ahí la teníamos mas larga. Quien sabe. La cuestión es que entre unos y otros floreció el amor y la amistad. Pero más que nada era una jugarreta. Pero era divertida, los vagos nos hicimos populares por ser pendencieros, o eso era lo que les queríamos hacer creer.

Después vinieron las gatitas y todo se cago. Planteos y peleas, separaciones y todo por una loca. Pero pasa, y el grupo se dividió, unos por un lado, otros por el otro, algunos hicieron las valijas y tomaron otros rumbos. Pero la placita quedo ahí, cada tanto la vuelvo a mirar, ella esta pero no es la misma. De noche algunas sombras se suman y creo vernos ahí sentados, hablando, ideando lo que nunca paso. Los años se llevaron los recuerdos pero la fama se conserva. Es el día de hoy que el mundo me sigue dando la espalda, y por eso antes que nada yo se la doy primero.

No necesito saber nada mas, en los recuerdos tengo la llave de mi felicidad.

Los Saluda.

Pat.

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