viernes, enero 28, 2011

Plegaria al desencuentro.


Sus preguntas me confundieron,
Sus planteos me aturdieron,
Su forma de mirarme me desilusiono,
Su figura se desdibujo.

En el camino se fue haciendo humo y se voló, desapareció entre las montañas de cemento y los rostros desconocidos de los viajantes. Perdí su rastro y el viento hizo añicos su espejismo. Olvide su rostro, su voz dejo de sonar familiar y sus palabras un consuelo lejano que con el tiempo desapareció.

Gritamos desaforados tratando de salvarnos, la discordia hizo estragos con nosotros y partió nuestra alma en dos. No hay rencor, somos espíritus libres buscando calmar nuestra propia voracidad.

El sueño sigue intacto,
escucho las estrellas susurrándome por las noches,
te canto, te alejo, te abandono.

Al anochecer forjamos nuestros destinos,
el vino esta acido y el aire viciado, somos peregrinos de esta mesa.

Me ausento,
por un tiempo, para calmar las fieras,
te deseo un buen viaje.

Salud.

Sin intensidad no hay llama que arda en la razón de co-existir.

Los Saluda.

Pat.

Ps: Me voy al bar mientras de fondo suena “Walk on the wild side”. Sean libres.

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