lunes, diciembre 20, 2010

La Caravana.


Todo lo que empieza mal termina mal. Okei, pero si esa misma regla la aplicamos al revés también puede servir, o no. De todas formas Diciembre es un mes extraño en si.

Llegada esta época del año, ya no me impulsan las mismas cosas. Sobre todo en un año tan diferente como este, cargado de emociones tan difíciles de explicar y de sensaciones encontradas. No puedo determinar que esta bien y que no, simplemente tomemos el cambio y miremos a lo que vendrá. Con optimismo y lleno de energia encaro estos últimos días del año que sin lugar a dudas dejo un cajón repleto de recuerdos y emociones.

La idea es empezar a despedirse de lo viejo, o empezar a decirle Hola a lo nuevo, a eso que tenemos por delante. Y así fue, dejando de lado viejos rastros y encarando un nuevo desafió en lo personal la caravana empezó el miércoles pasado.

Un día atípico como tan normal en mi panacea de árbitro de mi inconciencia cotidiana. Irse del trabajo porque había cosas mas importante que hacer, dormir al labrador para que le metan algo por la garganta y empezar un tratamiento de rehabilitación, lavar el auto después de 6 meses y admirar el brillo que lograron sacarle, pagar y dejar una propina; de vuelta al bar. solo, cuando la tarde empieza a entibiar, una jarrita para uno, dos vasos de algún aperitivo y la música que suena en los oídos, conversaciones ajenas y el desfile de todos los días por las esquinas mas candentes de la ciudad; la noche, una cena en familia, jugar con los niños, saltar, bailar, un revolcón en la cama con tu amor, un par de besos y adiós, el viaje en auto con los ojos entrecerrados, los dientes manchados por el vino de la cena, un llamado inesperado; ¿hola? (mierda...) Inventar excusas porque me divierte mentirle; y risas, al final todo es risas, chau hasta mañana.

La mañana siguiente se presenta diferente y entretenida, trabajos que cumplir, negocios que arreglar, etc etc etc. Las 18hs y emprendemos el viaje. La compañía esta vez es de un amigo, otro rastrero que toma fernet y se rapo la cabeza, charlas, conjunciones de amistad, canciones de fondo, una improvisación, y partir al lugar convenido. Caretas por todas partes, niñas bonitas desfilando su pedantería por todos lados, nenes que llevan su hombría a flor de piel, una cerveza 25 pesos, una banda que sale a tocar y el rock en su estado mas puro. La gente se disipa, se hace humo y nos convertimos en vampiros que huyen a calmar el hambre.

2 horas y de vuelta a la rutina del trabajo. Es viernes, no todo es tan malo, el día por delante amanece con otro humor. Un plan perfecto para huir temprano y concordar todos en una parrilla palermitana para... festejar que es viernes? Viajo al centro, sudo, camino, sudo, hola y chau... Mediodía, todos convergemos en el mismo lugar. Alguien espera tomando un Gin Tonic, mesa para 4, una entrada, algo de carne, vino, y otro mas, después champagne... ahora solo somos 3 en la mesa, la señorita se fue, solo 3 hombres, moraleja: no resignarse a lo que realmente uno quiere, un café y volver un ratito a cumplir las horas que quedan de oficina. Una horita y afuera, a semioscuras y bajo el ventilador se apacigua la tarde. Llega la fiesta, egreso, fiesta bizarra, gente bizarra, charlas bizarras y.... las 7am, hay que ir a dormir. Antes una charlita que invita a esperanzarse de que todo puede estar bien. Gracias.

2 horas más tarde un golpe en la puerta y un hombre llama a la persona equivocada. Rostros esquivos y rotos por la noche se despiden y entre un "nos volveremos" a ver dudoso los veo irse, arriba la pava hace ruido indicando que el agua hierve. Un mate y un poco de pan dulce, desayuno bizarro. Duelen los ojos, y es que parece que no se ha dormido nada. De fondo suena un disco que invita a cantar pero estoy inmóvil, los movimientos son torpes y cuesta recomponerse. Un almuerzo para tapar el vació que nos invade, sobras de la noche anterior, una película de fondo y una siestita para soñar. Al rato empiezan los planes de la noche, reencuentro con amigos de siempre, historias, risas. Cuento mi historia, cuento que me caso, salen planes de fiesta, es todo risas. Alguien saca un licor, chupito, uno cada uno y a arrancar. El auto esta en la puerta y alguien saca una bebida energizante. El auto arranca y hay que esquivar el control de la policía, calles internas, Palermo y el boliche más bizarro del lugar. Reggaeton, una pantalla con videos de Michael Jackson, chicas que se mueven, hombres que bailan al ritmo de la cumbia. Una ultima ronda y a partir. Afuera es de día, amanece temprano, y la luz quema los ojos rojos. Un viaje de vuelta cargado de risas, una niña encima y todos contentos. Black out, una elección única y adiós. Otra vez a dormir con el sol en la frente y a soñar.

Un par de horas mas tarde un mensaje avisa que hay que levantarse para ir al campo. Domingo viajando y tomando decisiones. Esto pareciera no terminar más. Ida y vuelta, Buenos Aires parece vestida de sábado pero mi cuerpo pide descanso, no te preocupes ya nos tomaremos revancha. A comer temprano, ponerse a tono, encontrar la posición y lo de siempre, no dormir, nunca dormir porque ya no lo hago mas. Los fantasmas siempre vuelven. Al rato suena el despertador, es lunes y arranca la semana de navidad; y yo que estaba divirtiéndome un montón.

Elipsis y flash forward, lo que viene será otra historia.

Los Saluda.

Pat

No hay comentarios:

Publicar un comentario