Hotel.

Desnudate, sacate los vicios corazón.

Sobre la ciudad el otoño se vuelve amistoso y recubre las calles con hojas amarillentas. El frió esta expectante a la vuelta de la esquina, espera el momento para dar el sorpasso y atender nuestras necesidades diarias del amor. En el otoño los amantes se vuelven más perspicaces y enroscan sus hábitos en sabanas de hoteles casuales. La habitación se llena de un humo áspero que adentro da risa, los pantalones cuelgan de una silla desvencijada y ella lo mira en silencio y recuerda su adolescencia. Perdieron el encanto de los primeros años pero en la cama son hermosos. Se miran, se contemplan, se aman en silencio y en el acto. Después el dolor es más fuerte pero recuerdan el haberse sentido uno. Son libres, son jóvenes.

Después de un rato empiezo a notar como mi vida se traduce en las líneas que componen estos relatos, soy yo reflejado en el y en ella. Nos separa la fantasía, yo no soy ellos ni ellos saben que estoy sintiendo. Soy omnipresente pero me pierdo en las ideas cotidianas. Libertad, es lo único que podemos aspirar, por lo menos en este baile.

Los Saluda.

Pat.