martes, abril 12, 2011

Debatiendo.


Hace no mas de diez días le dije a un amigo en la facultad, (si, en esa facultad que transpira poco y nada de ese ambiente político y reventado que cargan en sus paredes los edificios de cualquier sede de la UBA. Hablar de cuestiones políticas, filosóficas o levantar la bandera de cualquier ideal pareciera pecado en esa facultad que solo forma futuros profesionales y ejecutantes de sus acciones sin despertar la chispa de la pasión y la militancia, sea donde y como fuera. La libertad de tener ideas y debatirlas en un ámbito común, eso es la máxima expresión de una Universidad, en donde los libros se apelmazan y se llevan debajo del brazo y los zapatitos y las carteras de estación no juegan en un primer round).

-No voy a votar a nadie. No creo que haya nadie que pueda ni tenga la potestad para definir nuestra manera de obrar y menos dirigir nuestros pensamientos. Creemos que somos libres y comprometidos cuando vamos detrás de la bandera de algún político o algún partido que nos comprenda. En realidad estamos interpretando mensajes, es decir tomando lo que nos gusta y lo que no. Seguimos a quien nos protege más o a aquel que menos nos va a defraudar.

¿Donde esta la libertad del pensamiento?

Nunca vamos a ser realmente libres y creadores si nuestra vida diaria, cotidiana y nuestro destino esta enmarcado por lo que decida una, dos o las personas que compongan un gobierno. No creo que haya político o política alguna que logre tirar abajo con esta premisa. La única libertad, la verdadera libertad esta en el pensamiento del hombre, de cada uno, en su libertad para crear libremente. Pensémoslo así: seguimos a un partido por sus ideas, pero ¿cuales son esas ideas? Son esas que más o menos nos conforman intelectualmente, o que más o menos sentimos afinidad. ¿Que pasa cuando simpatizamos con una persona? Seguimos lo que esa persona diga o piense. Nos creemos libres y comprometidos con una causa que nos es ajena. Ahí esta el verdadero engaño de la política. Nos hace participar de algo que ya de antemano nos es ajeno. La principal arma que nos han enseñado para decidir nuestro destino es en su esencia dictadora de nuestra libertad.

Para poder elaborar una idea mas detallada de esto habría que tener un altísimo grado de moral, cosa que cada día se nos aleja más.

Voy a aclarar, esto no descarta que en el día a día nos acerquemos mas a una idea que a otra, o haya personas o políticos que puedan agradarnos mas que otros, sirve para ir formando una idea propia de las cosas.


Cuando me pregunten a quien voy a votar ya saben la respuesta.


"Seamos libres", que lo demás no importa nada!


Los Saluda.


Pat.

Para G.M.

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