miércoles, abril 11, 2012

Otoño, madera.

Este otoño trae una oleada de melancolía que me atraviesa cada vez que logro respirar profundo, cada vez que el pastoso y húmedo ambiente de la ciudad me penetra en la sangre y me hace recordar porque estoy acá, porque soy como soy y porque mi vida es una sinfonía de aciertos y errores constantes que intentan convivir para encontrar un poco de armonía entre tanto caos. Hay canciones que me recuerdan otras épocas, ni mejores ni peores, solo diferentes, recién teníamos 20 años y la esperanza de cambiar el mundo era un ideal realizable y con frecuencia rozamos la "revolución". Yo tan rebelde, vos tan centrada, así nunca íbamos a funcionar, lo escribimos en los cuadernos de ayer y aun hoy se repite la historia, yo tan mejorado, vos tan descontracturada. Ya no están los mismos amigos que hace años atrás, los tiempos cambian y como siempre las personas optan por otros caminos, ni mejores ni peores, solo diferentes y en esa bifurcación de los rumbos te perdimos, o me perdieron o simplemente nos dejamos de ver porque ya no había nada mas que hablar, nos despedimos sin mirarnos a los ojos y ya no hubo mucho mas para decirnos, el tiempo hizo el resto y ya no nos reconocemos en la multitud, perdura tal vez, el recuerdo del tiempo compartido pero nada mas, vos viajas, yo trato de vivir mi vida, disculpame si no soy un santo pero esta mañana de otoño me tiene cono alergia en los ojos y parece que se esta acostumbrando, no lloren por mi para entonces yo ya voy a estar muerto... al menos para ustedes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario