sábado, abril 07, 2012

Muchacha Magnetica.

En un recuerdo, antiguo, lejano y caótico la muchacha magnética se esgrime ante las fuerzas del olvido tratando de conservar todo su eclecticismo que la hace tan natural, tan caprichosa a los arrebatos de un corazón que trata de establecerse y abandonar la nocturnidad de los hechos. Acaso convertidos en caretas dejamos atrás viejos rencores y nos jugamos a todo, a no ser discretos y mostrarle al puto mundo que nos hace tan increíblemente apuestos y opuestos, y bebemos el jugo diario, brindamos con vino y nos revolcamos en un manantial rodeados de extraños que usan sus ojos para comernos, para celarnos; y fumamos, y nos reímos a carcajadas para que se te vaya la inseguridad y después todo es una autopista de placer, caótico y desprovisto de reglas y estructuras poéticas, y ahí somos la perfección en el caos, en la mayor tormenta del siglo y acabamos extasiados, y solo habíamos ido hasta el Sur de la ciudad.

Yo no soy un santo, no.


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