Heroin.

De fondo suena una canción de Lou Reed, el cuadro se compone de manera natural, cuando hay movilidad en el destino yo aprovecho y saco a relucir mi mejor versión, esa que conjuga espontaneidad y compromiso afectivo, las ideas se deslizan como trineos a la deriva y se asocian buscando su mejor versión, no soy bohemio pero me gusta la libertad, soy espontaneo pero sufro las estructuras de la mente, todo esta tan perfectamente alineado que no puedo dejar de romper los esquemas a cada rato; en el amor soy gigante, gigante de corazón porque el amor es sin fronteras, y así debería ser el mundo, mirar mas alla de las fronteras y admirar el horizonte sin pensar en limites, pero claro siempre esta el problema racial de los diferentes, de los que se sienten menos, de los que están atados a los aranceles de los que tienen mas porque son menos; En utopia no hay ataduras lingüísticas, el lenguaje es libre y la interpretación surge del propio sujeto en acción; los libros son hermosos pero nos engañan en su interpretación de la realidad, ojos abiertos y destreza critica para saber que elegimos, igual cualquier acto espontáneo que derive del arte es belleza, por lo menos desde donde lo percibo yo. El manifiesto al que respondo solo sirve si no hay que convencer a nadie, ahí es donde nunca vamos a estar equivocados, en la libre elección de las ideas secundada por nuestras acciones, soy despierto pero siempre vuelvo a utopia, a buscarla para sentirme esperanzado otra vez. Lo demás es pura casualidad, a fin de cuentas es Domingo y todo puede pasar, aun si son las siete treinta de la tarde, noche.

Lou Reed & The Velvet Underground, buen domingo.