No existe cosa tal como el despertar desbolado y liberador de un domingo de sol. Buenos Aires ciudad primavera donde todo puede pasar, donde los mas ilusos juegan a buscar el amor y los perdedores de siempre buscamos la razón perdida que nos devuelva la fe en la humanidad, o por lo menos la paz de un domingo en casa.
Mientras ella duerme preparo el desayuno, cafe y tostadas, acomodarse en el sillon y emprender la búsqueda de los sucesos de trasnoche. Re-construir las horas no vividas resulta ser una de mis pasiones favoritas, el día cobra sentido y se impregna de una fuerza convergente de personas que buscan cuasi lo mismo. Con las primeras horas soy mas inteligente, el paso del día me va hundiendo en un letargo incomodo y pasional que me pone paranoico y cerebral. Hoy seria un hermoso día para caminar, recorrer librerías, plazas, rincones verdes y purificar la conciencia, pero seguramente eso no suceda y nos quedemos arrinconados en la casa, simplificando discusiones con una comida y una copa de vino.
Estoy en la disyuntiva de no saber que próximo libro leer, acabe los pendientes que tenia de este año y ahora estoy esperando algo que me atraiga pero no logro dar con lo que quiero. Ayer caí en la cuenta de que hay gente que lee mucho mas que yo y que tiene una biblioteca mucho mas rica que la mía; ahí es cuando entramos en desgracia al descubrir todo lo que no vamos a llegar a conocer en vida y lo que queda es contentarse con lo que podemos descubrir, por eso que las decisiones deben ser sabias. Claro, equivocarse vale pero con precaución de no caer siempre en la misma penalidad porque estaríamos siendo estúpidos, cosa que me resulta altamente atractiva.
Deje por un lado la maratonica sesión de producir canciones, hay que darle un descanso a las ideas y dejar que el verano traiga sus melodías en sus largas noches de desvelo y reviente. Seguiré esperando sin perder la cordura, los otros pueden chuparme bien un huevo. En este momento me acompaña el placer de haber tomado la decisión correcta, difícil de mantener pero efectiva al fin. No quiero planificar pero me gustaría dejar esta ciudad por un tiempo, aventurarme en otra dirección que me permita salir de la ciclicidad de los días, desaparecer físicamente por un rato y entender ciertas cosas que merecen ser escritas.
Si la cosa prospera espero publicar en algún tiempo, lo demás sera pura especulación.
Los Saluda.
Pat.
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