El viejo de arriba.

Hay cosas que simplemente no se pueden comprobar o no tienen explicación alguna, es cierto, pero también lo es que a veces el destino (dios?) obra de manera misteriosa dandonos una sacudida y poniendonos de nuevo en nuestro lugar y demostrandonos porque es tan sabio.

El relato empieza con un Lunes x de febrero de este 2012, tarde lluviosa de un feriado sin precedentes, después de haber agotado todas las instancias de reviente los días previos había que humedecer la piel con un poco de ritmo y humos porteños. De camino al abasto el cielo gris demostró que el pronostico de lluvias era cierto y el chaparrón empezo lentamente a golpear contra el bólido rojo que nos transportaba a toda velocidad por la ciudad. Esquivamos los controles porque cada tanto le entrábamos a un trago para ir aflojando la garganta y sacudirnos con historias de lima en llamas.

Llegamos con la puntualidad de un suizo, pero antes a comprar un atado para los tabaqueros de siempre, en el mostrador una señora atendía con un delantal que parecía de maestra de jardín, me pareció simpático, muy simpatico. Entramos, llovía, vamos a comprar una birra, pero antes a desagotar el meo porque sino hace mal a los riñones, después 2 entre 3 y las dividimos en 3 vasos grandes, en partes iguales para ser demócratas progres e igualitarios, dale.

De fondo retumban golpes de tambor y bombos que molestan porque están muy cerca, nos alejamos a la parte descubierta, aunque llueve el agua no nos toca, somos inmunes e impermeables, por lo menos por un rato mientras el porro se consume y nos invade los pulmones y nos quema la cabeza, y empezamos a subir, en cada pitada lentamente, un poco mas, y entonces necesito otro trago porque se me seca la garganta o porque el vaso esta pinchado, tomo rápido, tomo demas. A los 3 nos molesta que se acerquen haciendo "amistad" cualquier vaguito o gatita que quiera pedirte un fumo, un trago o un "algo", no, flaco flaca no somos amigos, y tu pose de querer conquistarme no me convence, me molesta que quieras pedirme algo seduciendome pensando que con eso voy a caer, no. A los 3 no nos molesta que vengan y pidan por favor, o traten de no ser cautivantes porque quieren de vos algo, y ese algo claro no sos vos, si sos buena onda se nota si no andate a volar. Otra ronda, yo pague las primeras así que solo las busco, llueve, llueve mas, el patio se llena de charcos que molestan donde uno pisa, hay que buscar los lugares mas secos, no los que tienen desniveles que se llenan de agua que se cuela por las endijas, las gotas son muy grotescas, cada tanto para. Se acercan dos personas, hablan un inglés poco frecuente, son de Sidney, hablan mas rápido que lo normal, uno de nosotros habla bastante fluido, puede ser por el viaje o por el despiste, hablamos de lugares, viajes, casas, personas, apariencias, una es rubia la otra es castaña, tienen 19 años, hablamos fluido, fue un buen momento, Hey, do you want to smoke? Si responden, gracias, al rato se alejan a seguir conociendo Buenos Aires, seguimos con nuestras rondas pero con la certeza de que el destino (dios?) nos puso un ejemplo real para ejemplificar nuestra teoría, si lo hizo, o por lo menos así lo creímos nosotros, por lo menos así lo creímos en ese momento, fue preciso, ahora solo habrá que esperar hasta la próxima vez que quiera demostrarnos que nuestra teoría es cierta, o tal vez no haya otra próxima vez pero al menos sabemos que ya lo vimos, o tal vez fue un acierto de nuestro caos de humo y birra, o tal vez el destino si obra de formas misteriosas, no lo sabremos... por ahora.

Susurrando al oído puedo llegarte al alma, vos también.

Pat.