miércoles, agosto 10, 2011

Cada una de tus cosas.

Diciembre, caluroso y vespertino, camisa planchada, corte nuevo, zapatillas lustradas, un perfume barato y un disco de Prince.

Como te recuerdo, porque lo que te marca no se olvida y te quedas parado frente a la nada y un vacío inmenso te envuelve, de ese lugar no se vuelve tan fácil, ahí te quedas vagabundeando por días, semanas meses e incluso toda la vida. La pibita se alejaba con otro guitarrero que le proponía tocar el cielo con las manos, otra historia pirata que me dejo mirando a la nada, al vacío, rodeado de inseguridades y de palabras confusas, de bronca, de odio, de resentimiento, de amor (?)

No fui yo, no fue mi culpa, no fueron mis malos hábitos ni mis malas juntas, te lo aseguro fuiste vos, por traicionera y habitué de desencuentros y malos tragos, perdida en una fantasía poco creíble y un acento aniñado que engaña, te pone de rodillas y después te la tenes que bancar.
Diciembre se hizo añicos en esa triste mirada de desencuentro y la verborragia se desato, pero callaste, te lo guardaste para vos y cuando te miraste las manos temblabas como un papel, como una hoja en blanco sin destino ocasional que te digiera a donde ir. El cuartito del fondo se convirtió en el refugio mas esperado, lleno de discos, canciones, encuentros ocasionales, narices rotas, ojos rojos, y miles de perdones. La botella a fondo una y otra vez, esa fue tu renuncia a los vestigios del pasado, al recuerdo de lo que no fue, de lo nunca había sido. Antes estuvo el mar, la arena y el deseo de encontrar con quien agachar la cabeza, fue fugaz, pero aliviano el impacto. Al volver la ciudad se puso violenta y te remarco que no era tan fácil el olvido; volver a los viejos hábitos, a los desencuentros y las buenas noches a las 7 am.
Por suerte baje la cabeza, pase los golpes, el primero y el ultimo y ahora soy una persona mucho mejor, por lo menos cuando no me agarra la paranoia de viajar solo rodeado de una multitud descalza de ideas y promesas. Mientras que siga saliendo el sol la noche va a seguir siendo prometedora.

Si, todo eso me recordó Prince.


P.

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