domingo, noviembre 27, 2011

Hola Frank!

Se despego de la cama con un salto dispuesto a esconderse debajo del mueble mas seguro de la casa. Se quedo un instante perplejo mirando la luz que provenía del living, no había nada fuera de lo común, todo estaba tal cual lo recordaba haber dejado. Se saco el despiste y fue al baño a mojarse la cara y ver si realmente todo encajaba en su lugar. Sentía el corazón un poco acelerado, en un principio de taquicardia que le avisaba que la adrenalina lo había venido a visitar. Retrocedió unos instantes al momento en que se produjo el salto, estaba dormido, un ruido leve, después mas fuerte empezó a inquietarlo, si eso había eso, el ruido de la turbina de un avión pasando al lado de el como si estuviera viniéndose abajo y fuera a caer justo encima de el. Eso fue lo que lo despertó y lo hizo saltar de la cama agitado y transpirado, ahora lo recordaba con una absurda claridad. Eran las 8 de la noche y recién estaba anocheciendo, el calor húmedo de la ciudad empezaba a molestarlo y no lo dejaba descansar lo suficiente. Se preparo un trago con soda, hielo, un licorcito y un poco de limón, se sentó en una silla cerca de la única ventana que tenia su departamento en Palermo y no hizo nada, porque no había nada mas que hacer para un tipo como el, agarro un libro que tenia como mil páginas leyó un par a mala gana y lo dejo tirado a un costado. Su brazo empezaba a colgar de una manera extraña a un costado de su cuerpo, quedo inmóvil durante unos minutos como si no hubiera nada mas que hacer. Cuando volvió a abrir los ojos una cucaracha del tamaño de una pelota de tenis jugueteaba con la suela de su zapato, la miro un instante y con total indiferencia la dejo desparramada contra el suelo salpicando un liquido blanco y pegajoso por todos lados. –Toma Gregorio, se acabo tu sufrimiento, ahora podes volver a tu estado normal.-

(Fragmento de Hola Frank, novela en producción).

No hay comentarios:

Publicar un comentario